Este es un buen ejemplo de una reparación que necesita más horas de las que se pueden apreciar a simple vista. Un Seat Ibiza de cuarta generación (2008) llega con una rueda torcida; un golpe que provocó que se tuviera que cambiar el tren trasero por completo.
Otra víctima más de los famosos golpes por alcance. Esta muestra es un simple «antes y después» de cómo sale un coche después de haber sido reparado por nosotros, en la que cabe destacar la perfecta alineación del conjunto de piezas, ya sean nuevas o reparadas.
El dueño de esta furgoneta ha sido víctima de un robo. Para abrirla utilizaron la fuerza bruta rompiendo la cerradura y provocando serios daños en la chapa.
Este es el estado en el que llegó la furgoneta:
Se procede a reparar:
Y, por último, este es el resultado final
¡Servicios profesionales donde los haya!
